PONER LÍMITES A LOS HIJOS II: NO QUIERE COMER

Almorzaba en un restaurante y se acerco a la mesa contigua una pareja con dos hijos de 2 y 4 años. Al sentarse pidieron al mozo la carta, la madre pregunto: hijos que quieren comer, y empezó una andanada de palabras, y discusiones, hacia la madre, el padre inmutable (para variar), ella sola “luchando” con la situación. Luego vino la “película”: coman hijos por favor, un drama digno del Oscar. Un problema común, complicidad de los padres.

Son increíbles las reacciones de los padres frente a este problema: MI HIJO NO QUIERE COMER, y muchas veces una autoridad débil generara problemas en el futuro. En un 90% de estos casos, se trata de una manipulación del hijo provocada por una deficiencia en la autoridad de los padres. Permitir y no educar en los límites adecuados al hijo.

Nuestro cerebro está en continua evolución a lo largo de nuestra vida, pero su etapa de desarrollo máximo es la infancia, donde adquiere la base para futuros aprendizajes y es la mejor etapa para comenzar el entrenamiento cerebral. Recordemos esto, porque muchas veces formamos y programamos al hijo, sin saberlo, de una manera equivocada.

Cuando al hijo, menor de 5 años, le preguntamos que desea comer, en verdad lo angustiamos, y va a elegir lo primero que guste y haya visto, no lo que necesita en verdad. La decisión, de qué come o no el hijo, es de LOS PADRES, ellos saben cuáles son los alimentos correctos para el fortalecimiento físico y mental del hijo, indudablemente. Hay que enseñarles a elegir, sí, pero todo tiene sus etapas, y nosotros lo educamos para que tome buenas  decisiones, sino solo serán sensoriales y emocionales, y esto afectara su vida a futuro.

Seguramente cuando le pones la comida en la mesa tu hijo se transforma, cambia su rostro, de lo sonriente que estaba saca sus labios hacia afuera, frunce el seño y pone cara de enojo, tipo puchero, como dicen en algunos países. Seguro te ocurre, y te angustia, porque haces miles de malabares, concesiones, tratados, acuerdos, para que coma. Seamos sinceros, lo has engreído demasiado y ha sido el REY DE LA CASA, por eso su reacción ahora, no hay otra explicación. Tienes que terminar con ese “reinado” y ejercer el tuyo, para que aprenda a ver lo correcto y beneficioso del alimento. No te enojes, no discutas, eso empeora la situación y daña tu autoridad, y no te hará caso. Tampoco estés detrás de ellos, haciendo cientos de juegos para que coma, ni hablándole de las bondades de la nutrición, porque no te entenderá, ni atenderá, si siempre lo haces.

Debes dar tiempos y horarios adecuados para comer, no a cualquier hora, ni cuando ellos desean, sino cuando tiene que ser, a la hora y hasta la hora determinada. Al final retirar todo, si, aunque suene “sanguinario”, esto no dañaría su salud, no te preocupes tanto, no reacciones sentimentalmente, piensa en su futuro. Educar en los límites adecuados empieza por el orden. Los hijos tienen que aprender a comer el tiempo prudencial, sin manipular o manejar ellos la situación sino los padres.

Padres, no nos cansaremos de repetirlo, es la actitud lo que educa al hijo, el cómo lo hagas es donde está la solución. Cómo cultives tu autoridad, sin enojos, sin discusiones, sin ruegos innecesarios, siendo firmes y hablando con autoridad y con amor. Que tu hijo coma lo que necesite, dependiendo de su edad. No le preguntes que desea comer, si es pequeño mucho menos, asume tu responsabilidad bien, sin huir de tu labor educadora y formadora en todos los aspectos y situaciones de la vida familiar. Somos nosotros los que debemos educarnos en ese sentido.

Más adelante tendremos artículos sobre nutrición que complementaran nuestro comentario. Aun así, podremos tener el mejor menú alimenticio del mundo y si no sabemos ordenar a los hijos en sus tiempos, y ejercer mejor nuestra autoridad (lo principal), todo lo demás no podrá ser inculcado. Porque esta es la verdad:  LOS HIJOS SON EL REFLEJO DE LOS PADRES. Recuerdalo siempre. Hasta otra ocasión.

Luis Flores Montes
luisfloresmontes@gmail.com