PONER LÍMITES A LOS HIJOS: NO GRITAR
NO GRITAR
Es impresionante el nivel donde hemos llegado actualmente en algunas ciudades del planeta porque llegamos a discutir, y hasta gritar, con los hijos en la pugna por hacernos respetar, cuando esto es contraproducente y deteriora nuestra autoridad.
Es impresionante el nivel donde hemos llegado actualmente en algunas ciudades del planeta porque llegamos a discutir, y hasta gritar, con los hijos en la pugna por hacernos respetar, cuando esto es contraproducente y deteriora nuestra autoridad.
Muchas
veces, por no decir cientos de miles de veces, el mayor anhelo de un padre de familia es
que sus hijos obedezcan sin causarles problemas, discusiones y angustias, esto
en la actualidad es un hito o logro. Desde ya una de las consecuencias de la
falta de límites es la rebeldía de los hijos, debemos aprender a hacernos
respetar. Y lo primero que debemos aprender, y grabarnos bien en nuestra mente y
acciones, es NO GRITAR.
Una cosa
es cierta, una cosa es levantar la voz para subrayar algún mandato, una
petición por la lejanía, pero otra GRITAR alteradamente, sin pensar y afectando
la normalidad de la convivencia familiar, esto afecta todo nuestro entorno y
sobretodo nos resta autoridad sobre los hijos.
Debemos
hacer el ejercicio de BAJAR LA VOZ, eso quiere decir, primero, cambiar nuestra
actitud frente a los hijos, enfocar mejor la educación, de una educación histérica
y sin orientación a una con sentido de respeto y verdadera autoridad. Hace un
tiempo di una capacitación a un Municipio de Zona Norte de Lima, donde los
empleados de atención al público (en ventanillas, donde eran la cara de la
institución) se envolvían a los gritos con el público y por eso expusimos un tema de MEJORA DE CONFLICTOS.
Por supuesto que es diferente a un hogar, pero muchas veces tenemos esa misma
actitud: querer ganar la autoridad, o que nos respeten con alaridos y rugidos.
Finalmente debemos cambiar de actitud hoy, primero con nuestra pareja, quizás discutimos con ella y eso lo ven los hijos. Baja la voz, aprende a hablar y no gritar. Uno puede ganar la autoridad y hacer que los hijos lo tomen en cuenta cuando ellos ven SEGURIDAD y FIRMEZA en nuestras acciones, y esto se puede lograr con una voz media, mirada firme y decisión de verdaderamente hacerlo por amor a nuestro esposo (a), nuestros hijos y por el bien futuro de la familia. Los hijos aprenderán que la autoridad se gana con el respeto mutuo, firmeza en lo que decimos y en la seguridad de nuestros actos. Espero les ayude a mejorar la convivencia familiar, luego me cuentan.
Lic. Luis
Flores Montes
luisfloresmontes@gmail.com
luisfloresmontes@gmail.com